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Mi jugador favorito: Mauricio Montero

Invitados especiales nos comentan acerca de figuras a las cuales se les guarda gran admiración de una u otra forma. El primero escrito por Diego Barracuda.

Como manera de introducción, a partir de este artículo se abre una nueva sección en el Taco de Jara con la participación de invitados especiales. La intención es comentar acerca de aquellos jugadores a los cuales se les guarda una especial admiración con el paso del tiempo. Hay momentos que marcan la afición hacia un equipo o una figura, siempre hay algo emotivo en ello. Debo aclarar que la idea no es original mía sino que nace gracias a una iniciativa similar que apareció en el Blog The Equaliser en Inglaterra. Ellos le pusieron su estilo, nosotros le ponemos el nuestro. Muchas gracias a las personas que han aceptado escribir para nosotros.

Por los caminos de Costa Rica

por Diego Barracuda

A finales de la década de los noventa mientras cursaba yo mis últimos años de primaria, fue cuando participé en varias “escuelas de fútbol” en Ciudad Quesada (entiéndase como chances para patear bola). El último equipo en el que estuve fue el del Barrio El Carmen donde tuve la oportunidad de hacer muchos visitas a diferentes lugares de nuestro país.

En esos viajes jugamos con muchos equipos, varios de ellos dirigidos por exjugadores de nuestro balompié. Unos muy destacados, otros no tanto. Pero sin duda alguna el mejor   con quién he podido compartir, es aquél que en el año mil novecientos noventa y nueve llegaría con su equipo a una de las canchas de Javillos de Florencia. Él manejando su bus, tipo escolar amarillo, y cantando aquella canción que era todo un himno para PIPASA, equipo “pre-mosco” al que entrenaba. Toda una leyenda del fútbol nacional, pero ante todo, un gran personaje.

Es aquél que debuto con Liga Deportiva Alajuelense ante el River Plate, el que corría al “corner” para hacer como torito cuando celebraba los goles, recordado por “La Jugada del Zoncho” y de habérsele inventado una protesta de apagar las luces del estadio en mitad un partido.

Por mis venas corre sangre morada, pero la esencia de un persona como él es imposible no tomarle cariño. Su forma de ser y de hablar ante las cámaras sigue siendo único.

Allá a lo lejos se veía venir, en una de las canchas de Javillos de Florencia. Por dicha esta vez no lo había dejado el chunche.

Foto Portada: Getty Images

Puede seguir a Diego Barracuda en twitter @DiegoBarracuda. Blogger, diseñador gráfico y editor de Nortenlinea.com