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Mi jugador favorito: Fernando Redondo

1522414“Fernando, cuando te veo en un terreno de juego, me siento representado en tu figura, en lo que siempre quise ser yo como futbolista” – Vicente del Bosque

Disfruto de la Champions League, de los grandes jugadores de la actualidad. Pero debo confesar algo: no siento lo mismo de años atrás. Cuando me sentaba frente al televisor con el corazón palpitando al máximo y mi amuleto – una cruz de plástico – en la mano a la espera de una jugada espectacular.  Arrodillado, implorando a dios una ayudita milagrosa para aguantar ese resultado – acto ego centrista e  inútil pero ¿Quién no lo ha hecho? – . Esos momentos son cosa del pasado pero, cuando entra la nostalgia y me llegan imágenes a la cabeza, generalmente pienso en Fernando Carlos Redondo Neri (Adrogué, 06/06/1969).

Una zurda especial, movimientos en cámara lenta con una elegancia sin igual. Redondo fue una de las razones por las que me incliné por apoyar al Real Madrid. Cambió para siempre la figura del “cinco”, como lo hicieron Guardiola, Makélélé o Pirlo. Demostró que se podía ser el creativo sin jugar como enganche o trequartista. Hay personas que hacen lucir a los demás peor de lo que son y otros que poseen una cualidad holística para sacar lo mejor de sus compañeros. Él era de los segundos.

“¿Qué tiene este hombre en el pie? ¿Un imán?”. Atinó a comentar Sir Alex Ferguson luego de aquel tacón a Henning Berg y la noche mágica en Old Trafford. La imagen más famosa de su carrera resume exactamente su estilo de juego. Pausado, desinteresado, ensimismado y de pronto pasa la pelota por debajo de las piernas del rival con tan solo el movimiento de la parte posterior de su pie. Sus botines ni siquiera mostraban el patrocinador porque decidió cubrirlos con betún y centrar la atención del mundo en lo que realmente importaba, su siniestra y el balón.

Con el Madrid lo ganó todo; La Champions, la Liga, la Super Copa de España, la Super Copa de Europa y la Intercontinental. Compartió el brazalete de capitán con Fernando Hierro y luego lo heredó a Raúl para marcharse a Milán. La directiva del Madrid lo dejó ir como si nada hubiera pasado.

El 94 con Maradona. No importó que jugaron muy poco juntos. Se complementaron a la perfección. Esa selección del Coco Basile deslumbró en los primeros dos partidos del Mundial de Estados Unidos para luego caer al abismo. La descalificación de Diego Maradona de la competición se trajo abajo la esperanza de algo grande. Años más tarde Daniel Passarella no lo convocó a la selección por tener el cabello largo. Vaya uno a saber. Perdimos todos.

El maldito ligamento cruzado. Es al futbolista lo que fue el talón para Aquiles.   Psicológicamente en depresión pero fue su rodilla derecha la que pagó los platos rotos. Desde un injerto de su propio tendón rotuliano, hasta la intervención del médico que hizo el milagro con Ronaldo, fueron intentos inútiles por salvar su carrera profesional. Renunció a su sueldo y su cuerpo perdió la batalla. Se retiró en silencio pero no desapercibido para la grada. Tampoco para mí.

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Mi jugador favorito (versión argentina): Pablo Michelini

“…ver a tanta gente con su familia, con sus hijos, es realmente conmovedor, porque no vinieron a ver ningún partido”. Pablo Michelini, 7 de Marzo de 1999.

Ese Racing del 99 no había podido jugar por una orden judicial que dictaminaba el cierre y la liquidación de los bienes del club, consecuencia del pedido de la quiebra por parte de un ex presidente, y nefasto personaje, de la institución. La gente, en forma espontánea, se autoconvocó para evitarlo. Cuarenta mil personas hicieron de la mayor convocatoria de la fecha, el día que Racing debía jugar, Los hinchas nos hicimos presentes, en un día de inmensa tristeza, solo para “aguantar” a La Academia.

Michelini era el referente de ese plantel, que venía de un positivo tercer puesto en la temporada anterior, con muestras de buen juego. Era también el máximo ídolo de la hinchada por ese entonces. Él, siendo un jugador poco dotado, demostraba ser de los más importantes, por temperamento y sacrificio. Si algo nos gusta a los hinchas de Racing es que “pongan huevos”. A mi en particular, es lo que más me interesa en un jugador, quizás porque yo haya sido (el fútbol me abandonó) otro rústico lateral por la derecha con una zurda de adorno. Siempre fuí de la idea que once árboles voluntariosos son más productivos que  habilidosos displicentes que están pensando más en salir a bailar que ganar el partido, que no es ni más ni menos, que hacer bien su trabajo.

Pocos recuerdos tengo de su paso por Deportivo Español, club en el que debutó en Primera División, antes de ser transferido a Racing en el 95, con otros 11 jugadores. Obviamente, su paso por La Academia, lo tengo grabado en la retina.

Hay jugadores que se destacan en alguna jugada en que se sacrificaron para evitar el gol del rival. Michelini tuvo cientas de esas. Me acuerdo cuando, en uno de los tantos errores racinguistas, estaban tirando un córner que fue rechazado por la defensa rival (una regla de oro dice que “córner mal tirado es gol en contra”) corrió desde un área a la otra en línea recta para evitar el gol. ¿Por qué digo “en línea recta”? Porque él ya sabía, desde el momento en que la pelota fue rechazada que nunca iba alcanzar al delantero que gambeteó al arquero, pero si sabía, que en esa gambeta éste iba a perder el tiempo que él necesitaba para llegar debajo del arco y sacarla. Y así fue, evito el gol en la línea.

Era común verlo jugar con la cabeza vendada, fuera de la cancha, pidiendo regresar. Un símbolo de la vehemencia con que jugaba. Ponía su cuerpo en riesgo sin medir las consecuencias. Supo ser el artífice silencioso de victorias, como así también, el más digno derrotado, jamás bajando los brazos y evitando goleadas.

Lamentablemente, el 99 fué el año de su traspaso a San Lorenzo. Un amigo me contó que le dijo a su amigo cuervo, “te vas a cansar de tanto aplaudirlo”. ¡Cuanta razón tenía! Así, huevos mediante, se ganó a la hinchada.

Nunca perdió ese espíritu competitivo, esa entrega y motivación, que lo hizo ídolo en los clubes en los que jugó.  Bien ganada tiene la bandera de Racing que decía: “Quiero 11 Michelinis”.

Las cosas de la vida dijeron que su despedida fuera en Avellaneda, un 2 de Julio del 2005, en la última fecha del torneo, Racing jugando, justamente, contra San Lorenzo.

En el tiempo que tengo de seguir el fútbol, nunca me tocó ver que un jugador que se retirara haya dejado tan buen recuerdo y sea ovacionado al unísono por ambas hinchadas.

Me llevo como ejemplo de él  que no le importaba lo que pasara, siempre jugaba igual, siempre para adelante, ganando o perdiendo 5 a 0. Por eso lo que más rescato de Michelini  era que, sin serlo, jugaba como un hincha.

Escrito por Mariano Barros, nieto e hijo de racinguistas.

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Sobre los torneos cortos

Acontece en todos los países: cuando una selección queda eliminada del Mundial: una de las primeras exigencias de la prensa y el público es que se cambien las estructuras de los torneos. Y los adoradores de todo lo que venga con etiqueta europea aprovechan para reclamar “que se juegue como en Europa, un solo torneo, todos contra todos y listo”. Como si este sencillo acto administrativo pudiera elevar la técnica de juego.

Más allá de gustos, estamos completamente convencidos de que, al menos en Sudamérica, lo mejor son los torneos cortos, de un campeón por semestre. Y del sistema de promedios para establecer los descensos.

No sería extraño que un día cercano Europa tuviera un campeón de invierno y otro de verano. México adoptó este sistema y nunca más lo abandonó. No pensemos que todo lo nuestro es malo.

Jorge Barraza – Los torneos cortos son la mejor opción, en su columna de La Nacion.

Sobre este comentario quiero agregar algo. En otras ocasiones me he declarado en contra de los torneos cortos, sin embargo tengo que coincidir con Barraza en que esa no es la razón para el bajo nivel. La mediocridad tiene otras razones. Si los equipos realmente tuvieran un nivel más alto -o por lo menos más regular-,  cualquier desliz en el campeonato -siendo tan corto perder tres partidos ya lo puede dejar fuera de la pelea-  los aleja definitivamente del título. Como decía en el post de hace unos meses, si lo que se quiere es dar más oportunidad a los equipos pequeños, en Argentina y México ha funcionado, principalmente en México. En Costa Rica no es hasta ahora cuando dos equipos no-tradicionales se han alzado con el trofeo de campeón. A todo esto sin embargo -y como aficionado de un equipo no tradicional –  hay cosas del torneo que no me agradan -como la clasificación a los playoffs – pero al no tener una Copa alternativa, el campeonato nos brinda la posibilidad de ver partidos con definiciones en tiempos extra o penales. En su momento comenté acerca de las pentagonales de antaño.

¿Prefieren torneos cortos?

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El toque de Cappa: Se despide de Huracán

Angel_Cappa

No puedo decirle adiós a Huracán. Tampoco a ustedes. Por eso hoy lunes, quiero despedirme de todos con la esperanza de volver algún día. Dije y repito que a este club llegué como director técnico y me voy como un quemero más, porque ustedes me hicieron sentir así. Y es un orgullo para mí. Vivimos cosas inolvidables. Tuvimos el privilegio de asistir al nacimiento y breve desarrollo de un equipo que seguramente pasará a la historia de este club y posiblemente ocupará también un lugar importante en el fútbol argentino que encontró en él una esperanza.”

Ángel Cappa en su blog. Quedará en el recuerdo la gran temporada con el globo que terminó de una triste forma en el último partido frente a Vélez.

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“Los mas fuertes”

Paradojas… The Strongest en inglés significa “los más fuertes”. Sin embargo, en aquel atardecer del 26 de setiembre de 1969 se sintieron los más débiles, los más impotentes. Los motores del avión Boeing DC 6 del Lloyd Aéreo Boliviano tosían como tuberculosos; el fuselaje temblaba y hacía temblar a sus 69 ocupantes.”

Jorge Barraza en la Nacion. Cuando cayeron “los mas fuertes”. Más historias de las tragedias del fútbol que ya hemos comentado en el blog.


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Fútbol en televisión abierta

El fútbol no puede ser un tema importante cuando hay cuatro millones de desocupados en España, y sin embargo es lo que mejor revierte la tristeza de los viernes y los sábados. En Argentina ocurre lo mismo. Los desocupados son más, la inseguridad es mayor, y el fútbol está sensiblemente peor jugado que en Europa, pero adormece y relaja las almas del mismo modo. El fútbol, cuando está en el comedor de casa sin que paguemos por él un centavo, nos hace sentir un poco menos huérfanos de padre y madre.”

Hernán Casciari, “Fútbol gratis en el comedor”. Columna “Catalejo” en La Nación.ar

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Los medios deportivos

“Nadie dramatizó ni pidió cabezas. En el editorial de la primera página de la revista, el director Carlos Fontanarrosa escribió: “No queremos buscar ni señalar culpables”. Una flema que hoy nos parece más que insólita, hasta graciosa. Y un reflejo de cómo ha cambiado el mundo en sólo cuatro décadas.”

Jorge Barraza, “Según pasan los años”,  en la Columna de Barraza en La Nación.

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“Mono” Volvé al arco, “Mono”

“…A esas alturas, la gente ya no quería ver una genialidad de Maradona, ansiaba un gol de penal, de cabeza, en contra o como sea. Así se llegó a los minutos finales con el tozudo 0 a 0.

A poco de cumplir tres años, Walter, nuestro hijo, parecía en otro mundo. Él, abstraído del loquero de la multitud, sólo miraba al aquero auriazul y le pedía, casi en susurros: “Mono, volvé al arco… volvé al arco, Mono”. ¡Cómo son los niños! El estadio era un volcán y le musitaba al Mono…”


Jorge Barraza, como siempre muy emotivo, en su columna en La Nación